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Una Traviata con distancia social: El Teatro Real reabre sus puertas al público con un estricto protocolo sanitario

Traviata-Teatro-Real © Javier del Real

Se ofrecerán 27 funciones de la ópera, entre los días 1 y 29 de julio, con aforo limitado y un complejo y minucioso protocolo de seguridad sanitaria.

La función del 15 de julio será transmitida a través de My Opera Player gratuitamente y para todo el mundo.

Leo Castaldi -asistente de Willy Decker en la producción de La traviata que estaba inicialmente prevista- es el responsable del concepto escénico de la ópera, que se presentará en versión de concierto semiescenificada, con elementos de utilería, sastrería y caracterización del Teatro Real.

Nicola Luisotti, gran experto verdiano y director musical invitado del Teatro Real, será el encargado de dirigir 21 funciones, alternándose con Luis Méndez Chávez, que dirigirá 6.

 

 

La traviata, de Giuseppe Verdi, estaba prevista en la presente temporada ─con la célebre producción del Festival de Salzburgo dirigida por Willy Decker─ en dos períodos: del 9 a 24 de mayo (10 funciones) y del 7 al 19 de julio (9 funciones). 

 

Debido al estado de alarma decretado por el Gobierno de España, las representaciones de mayo no han podido realizarse, por lo que el Teatro Real está intentando reubicar en julio a las personas que habían adquirido sus entradas para esas fechas. Paralelamente, se recolocará a los espectadores de las funciones de julio afectados por la restricción del aforo, que será de 869 localidades, en cumplimiento de la normativa de seguridad sanitaria.

 

De las 19 funciones programadas se ha pasado a 27 con aforo reducido, que se ofrecerán del 1 al 29 de julio (el 6 y el 20 de julio no habrá función), con cuatro distintos repartos en la interpretación del trío protagonista: como Violeta, las sopranos Marina Rebeka, Ruth Iniesta, Ekaterina Bakanova, Lana Kos y Lisette Oropesa; como Alfredo Germont, los tenores Michael Fabiano, Ivan Magrì, Matthew Polenzani y Ismael Jordi; y como Giorgio Germont, los barítonos Artur Rucinski, Nicola Alaimo, Luis Cansino y  Javier Franco.

 

Se permitirá el acceso gratuito a MyOperaPlayer únicamente para la emisión en directo de La traviata el 15 de julio a las 20.00 horas. Posteriormente la grabación pasará a formar parte del catálogo de la plataforma.

Conéctate a la transmisión aquí

 

Debido a las restricciones de movilidad provocadas por la crisis del coronavirus tanto en España como en los diversos países de procedencia de los cantantes ─que viajaron desde Estados Unidos, Austria, Croacia, Italia, Letonia, Polonia, etc.─, los ensayos han comenzado el 19 de junio con todos los solistas, con excepción de la soprano Lisette Oropesa, que llegará a Madrid el 13 de julio para participar en las funciones finales de la ópera.

 

Junto a los solistas actuarán el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, bajo la dirección de Nicola Luisotti, que dirigirá su quinto título verdiano en el Teatro Real ─después de Il trovatore (2007), Rigoletto (2015), Aida (2018) y Don Carlo (2019)- y que volverá en septiembre con el sexto, Un ballo in maschera, que inaugurará la próxima temporada.

 

La producción de La traviata que se ofrecerá a lo largo del mes de julio ya no será la que estaba anunciada, con dirección de Willy Decker, ya que los cantantes, coro y orquesta deberán adecuarse a las directrices de seguridad sanitaria vigentes en la actualidad. 

 

Para presentar una versión de la ópera que respete estas normas y que se pueda realizar con apenas 10 días de ensayos, pruebas de vestuario y caracterización, el director de escena Leo Castaldi ha ideado una versión de concierto semiescenificada, en colaboración con el iluminador Carlos Torrijos y el equipo técnico del Teatro Real, utilizando elementos de atrezzo, vestuario y caracterización procedentes de los fondos del Teatro.

 

Partiendo precisamente de la contundencia con la que la distancia de seguridad se está interponiendo entre nosotros, Leo Castaldi ha concebido una ‘escenografía’ marcada por un reticulado de cuadrados de 2 por 2 metros dibujados en el suelo y proyectados sobre los muros del escenario, ‘aprisionando’ psicológicamente a los personajes en sus espacios limitados. Los solistas, que guardarán una distancia mínima de 2 m. entre ellos se moverán en 100 m2, compartiendo el escenario con el coro, que ocupará 260 m2, y con la banda interna (grupo de 16 músicos que toca en el escenario), que utilizará, durante su actuación, 60 m2.

 

Para unificar y cohesionar la propuesta dramatúrgica sin un diseño previo de vestuario ni tiempo material para realizarlo, Castaldi ha optado por crear una atmósfera vintage, de mediados del siglo XX, en la que se utilizarán trajes del Teatro y de los propios intérpretes y elementos de atrezzo del mismo período.

 

En el foso, con su máxima dimensión de 140 m2, estará la orquesta con la plantilla completa de la partitura para interpretación de La traviata: 56 músicos tocarán con mascarilla, atril individual y con 1,5 m. de distancia entre ellos. Los instrumentistas de viento tendrán paneles de metacrilato estratégicamente colocados delante de sus instrumentos. Sobre el escenario tocará la banda interna con 16 profesores.

 

Para que los músicos puedan tener jornadas de descanso entre las 27 funciones, la Orquesta Titular del Teatro Real se desdoblará en dos tocando cada formación por períodos de 3 días consecutivos.

 

El Coro Titular del Teatro Real, con 51 cantantes, interpretará la ópera sobre tarimas, lo que permitirá la optimización del sonido, pese a la distancia de seguridad de 2 m. entre sus miembros. Ocuparán un área de 260 m2, con aproximadamente 24 m. de ancho por 11 m. de fondo.

 

La traviata se presentará en el Teatro Real en el contexto singular que todos estamos viviendo. La ópera se presentará con menos ensayos de los normales y con una propuesta escénica diseñada para adaptarse a las circunstancias. Todo el equipo del Teatro Real, así como los artistas y el Coro y Orquesta Titulares, asumen el reto con un enorme sentido de responsabilidad, mucha imaginación y una gran ilusión por dar un paso más hacia la normalización de la vida artística, animando al público y a la ciudadanía a afrontar con ánimo y espíritu positivo la nueva realidad en la que nos encontramos. Eso sí, todo se hará respetando escrupulosamente las directrices de las autoridades sanitarias del Gobierno de España y de la Comunidad de Madrid.