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«Canal Baila», estreno de las creaciones de compañías de danza residentes en el Centro Coreográfico de Teatros del Canal

Canal Baila presenta las creaciones de diez compañías de danza que han sido residentes de creación  del Centro Coreográfico Canal durante este año 2020. El ciclo estará en cartel del 1 de septiembre al 11 de octubre, en la Sala Negra de los Teatros del Canal.

 

Los Teatros del Canal presentan las creaciones de danza de las compañías que, en los últimos meses, han sido residentes de Creación en el Centro Coreográfico Canal. El Centro abrió sus puertas en el año 2009 como un espacio artístico único dedicado a la creación, expresión y difusión de la danza. Cuenta con nueve salas de ensayos en su espacio dependiente de la Comunidad de Madrid y que se integra en el complejo de los Teatros del Canal. El ciclo Canal Baila, que estará en cartel del 1 de septiembre al 11 de octubre, en la Sala Negra de este teatro, supondrá una oportunidad única para disfrutar de las creaciones y del talento de algunos de los mejores y más premiados coreógrafos, bailarines y bailarinas.

 

Así, las compañías de Ana Morales, Jesús Carmona, el colectivo Lamajara, Verónica Garzón y Begoña Quiñones, Cristian Martín, Mónica Runde, Metamorphosis Dance, Instituto Stocos, Fabian Thomé y Elías Aguirre pondrán en escena los proyectos que han ideado y a los que han dado forma desde sus cimientos, al amparo de la residencia  en el Centro Coreográfico Canal durante este año 2020. El centro tuvo que cerrar sus puertas debido a las medidas sanitarias de control de la pandemia entre el 12 de marzo y el 18 de junio.

 

Para Blanca Li, directora del Centro Coreográfico Canal,«el compromiso que adquiere el Centro Coreográfico Canal con los profesionales de la danza se concreta en la convocatoria anual de un programa de residencias, seleccionadas entre todas las candidatas por un jurado de reconocidos profesionales, y apoyadas con una dotación económica con la finalidad de facilitar el proceso de creación e investigación del proyecto, que finaliza con Canal Baila la exhibición pública en Los Teatros del Canal de las obras creadas en el Centro».

 

Un ciclo ecléctico y de vanguardia

 

Los creadores ponen cuerpo a propuestas con ritmos de flamenco, música clásica o contemporánea, dando forma a un ciclo ecléctico y vanguardista que aborda reflexiones sobre la identidad, las relaciones de poder o los orígenes biológicos del movimiento. La marcha comenzará con Ana Morales, multipremiada bailarina de formación flamenca que el 1 y el 2 de septiembre tendrá en cartel un extracto de su pieza En la cuerda floja, con la que nos invita a una reflexión sobre nuestros estados de ánimo, duraderos o temporales, y sobre lo que pasa en nuestra mente cuando ésta busca el orden pero se siente cómoda en el caos.

 

El 8 y el 9 de septiembre será el turno de Jesús Carmona, coreógrafo y que fue primer bailarín del Ballet Nacional de España durante muchos años, así como premio El Ojo Critico 2019,  y que nos propone El Salto, un innovador espectáculo de flamenco fruto de tres residencias artísticas realizadas en Nueva York, Miami, Londres y Madrid, que se pregunta si el movimiento en el baile tiene género.

 

El 16 y 17 de septiembre, el muy experimental colectivo Lamajara presenta Ígnea, una obra elaborada de forma colectiva -sello de la casa- y de gran formato, donde un elenco de cinco bailarines se interesa por entender el territorio volcánico desde una visión geológica, geográfica y antropológica, para terminar analizando lo que nos mueve, el origen, llegando a la matriz de las cosas. El 19 y el 20 de septiembre, Verónica Garzón y Begoña Quiñones bailarán PACTO, una pieza que juega con construcciones corporales basadas en la interacción humana para reivindicar la negociación como acto creativo, en toda su complejidad y ambigüedad en los contextos negociadores actuales.

 

Cristian Martín, finalista de los Max en 2017 y Primer Premio en el Certamen Coreográfico de Danza Española y Flamenco de Madrid en 2015, presentará, con su compañía Proyecto Lanza y el 23 y 24 de septiembreMárgenes, consagrado a los cuerpos olvidados, aquellos que están en los puntos ciegos del universo, donde nadie mira y que nos hacen repensar el concepto de belleza. Por su parte, los días 26 y 27 de septiembre, la internacionalizada Mónica Runde, Premio Nacional de Danza, lidera el proyecto Dos de Gala, en el que sus creadoras -Mónica Runde, Inés Narváez Arróspide y Elisa Sanz- parten de una investigación en torno a la figura de Gala Elluard-Dali que ha llevado a este trío a hallar lugares comunes en los que conformar el trabajo.

 

Ya el 30 de septiembre y el 1 de octubre, el movimiento correrá a cargo de Igor Bacovich e Iratxe Ansa, que con su formación Metamorphosis Dance han creado Elkarrizketa Ilunak, cuyo significado es “conversaciones a oscuras”, y que nace de un lenguaje coreográfico muy físico, heredero de los coreógrafos clásicos del siglo XX, y ahonda en las posibilidades artísticas que ofrece el uso de una técnica que deconstruye lo académico e incorpora elementos contemporáneos actuales.

 

Conexiones con la música e insectos

 

El 3 y el 4 de octubre estará en cartel The Hidden Resonances of Moving Bodies II, una colaboración entre Instituto Stocos, especialistas en incorporar a escena conceptos tomados de otras disciplinas como la inteligencia artificial, las matemáticas o la psicología experimental, y el reconocido grupo de percusionistas Neopercusión; es la segunda parte de una serie de obras que confrontan en la escena a bailarines con músicos clásicos-contemporáneos, para explorar los principios comunes de la danza y la música.

 

En la última semana del ciclo, el 7 y 8 de octubre, Fabian Thomé presenta su premiado trabajo MOI-JE, sobre la conexión humana y que parte del estudio de cómo un dúo pasa a convertirse en una obra coral de cuatro intérpretes. El coreógrafo, bailarín y artista audiovisual Elías Aguirre cerrará el ciclo con su EMPUSA POEM / The exotic complexity, que estará en cartel el 10 y 11 de octubre, y es una original pieza cuyo exoesqueleto tiene estructura de Haiku, y establece un paralelismo entre la incapacidad para explicar ciertos aspectos de la etología de los insectos y el comportamiento humano.