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Teatro, música y espectáculo en los Premios Ópera XXI

Imagen de la organización en los Premios Ópera XXI

Los Premios Ópera XXI galardonaron lo mejor de los escenarios españoles en la temporada 2020/2021, en una ceremonia dirigida por Joan Anton Rechi y presentada por los cantantes Berna Perles y Xavier Sabata, con alusiones al complejo periodo en el que «los teatros españoles fueron ejemplo de resistencia», a un futuro ilusionante en el que «seremos incluso mejores», y en la que no faltó un llamamiento a la paz en el mundo.

 

“En estos últimos 24 meses, la ópera en España ha demostrado convicción y capacidad de superación», dirigía sus palabras el presidente de Ópera XXI, Oriol Aguilà, al nutrido auditorio del Teatro Cevantes de Málaga, que la noche del sábado acogía la cuarta edición de los galardones españoles de la lírica, la que destacaba lo mejor de los escenarios de nuestro país en el ciclo 2020/2021, uno de los más complejos de su historia, «que ha requerido muchos esfuerzos adicionales por parte de todos, pero que, incluso en ese escenario, la ópera en nuestro país ha sabido dar ejemplo de resistencia y hemos lanzado un mensaje positivo al mundo siendo modelo para otros países«.

 

Hoy, con estos premios, «queremos celebrar ese trabajo, seguir consolidando el compromiso ineludible con nuestra comunidad y seguir trabajando en lo que es una obsesión para nosotros, hacer vivir la ópera y el arte como expresión de creatividad que nos ayude a transformar y servir mejor a la sociedad«.

 

La cuarta edición de los Premios Ópera XXI (la segunda que se celebra de manera presencial) contó con la presencia del director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM – Ministerio de Cultura y Deporte), Joan Francesc Marco; del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; la concejala de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Málaga, Noelia Losada; el diputado de Cultura de la Diputación de Málaga, Víctor González; y el anfitrión y director gerente del Teatro Cervantes, Juan Antonio Vigar, que también quiso poner énfasis en un punto de inflexión tras estos dos años de incertidumbre: «Estoy seguro de que seremos de nuevo lo que fuimos, y diría incluso que aún más, mejorados por esta experiencia tan dura».

 

Ceremonia de entrega en el Teatro Cervantes de la cuarta edición de los Premios Ópera XXI. Foto: Daniel Pérez / Teatro Cervantes

 

La ceremonia en el Teatro Cervantes marca el inicio de la itinerancia de los galardones de españoles de la lírica, tras la última cita presencial en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, en la que los teatros del territorio ejercerán de organizadores y anfitriones. En Málaga se reencontraron los principales representantes de los teatros, temporadas y festivales de ópera y zarzuela de España, también representantes de varias instituciones líricas de Latinoamérica, además de artistas, periodistas y críticos y profesionales líricos de nuestro país, arropando a los galardonados de la noche, algunos con mensaje de agradecimiento a través de un vídeo debido a sus actuales compromisos profesionales.

 

La soprano valenciana Marina Monzó ofreció un aplaudidísimo aperitivo musical antes de recibir su Premio Mejor Joven Cantante, con Donizetti y «Linda de Chamounix». Esta actuación se sumó a las otras ocho magníficas intervenciones musicales y alusiones a distintos libretos operísticos que realizaron los presentadores, la soprano malagueña Berna Perles y el contratenor Xavier Sabata, que convirtieron la ceremonia, ideada por el director de escena Joan Anton Rechi, en un entretenido y bien hilado espectáculo teatral, concebido como un homenaje a la profesión y al arte, con alusiones y música de Sondheim, Cilea, Händel, Verdi, Strauss, Massenet, Donizetti o Purcell.

 

A ello se sumó la intervención del violinista Jesús Reina, el pianista Sergio Montero, y el acompañamiento sobre el escenario de la Orquesta Sinfónica de Málaga, con Jordi Domènech a la batuta y al piano, además de la intervención de la Escolanía Pueri Cantores de Málaga, dirigida por Antonio del Pino, que interpretó un emocionante «Va pensiero» mientras se proyectaba un vídeo de distintos títulos operísticos enmarcados en algún conflicto bélico con un rotundo mensaje final: «Que la guerra sirva solo como argumento para las óperas y no sea parte de nuestra realidad».

 

Ceremonia de entrega en el Teatro Cervantes de la cuarta edición de los Premios Ópera XXI. Foto: Daniel Pérez / Teatro Cervantes

 

Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, que presentó el Premio Mejor Nueva Producción Latinoamericana, resaltó en su intervención el honor de recibir en su ciudad a la familia lírica española y alabó las alianzas público-privadas para poner en marcha y mantener la tan necesaria cultura. «Toda colaboración es poca para que la armonía de la música impregne a la humanidad y esconda el ruido de la guerra», expresó.

 

Joan Francesc Marco, director general del INAEM, fue el encargado de presentar y entregar a Lluís Pasqual el Premio Honorífico a la Trayectoria Artística. «Es un honor estar hoy aquí acompañando esta encomiable iniciativa de Ópera XXI. Una noche de sentimientos encontrados, porque estar juntos hoy es una gran victoria, pero a la vez siento una enorme desazón, porque mientras gozamos de la música y la ópera hay un pueblo sufriendo por culpa de un desalmado. Y eso el arte no puede olvidarlo nunca».

 

Marco destacó que «el Ministerio de Cultura y Deporte no puede hacer otra cosa que apoyar una iniciativa como la de estos premios. Todas las artes confluyen en la ópera, todas están en su seno y ella las eleva a un arte aún mayor». Gracias, dijo, a los teatros y temporadas por seguir trabajando en estas circunstancias: «Os animo en vuestra fértil tarea».

 

«Todos buscamos nuestro espacio de libertad y el mío está en una sala de ensayos», expresaba el director Lluís Pasqual en un vídeo que precedía su intervención. Al escenario también subió esta noche y antes de dirigirse al público se enfundó unos guantes del color de la bandera de Ucrania. «Con la que está cayendo, dijo, da un poco de vergüenza celebrar algo, pero continuemos subiendo a los escenarios, porque cualquier día un tarado nos lo va a prohibir y no podremos hacerlo».

 

Pasqual continuó en tono de humor: «Es el segundo premio a la trayectoria que recojo en un mes y mi primera reacción ha sido llamar al médico de cabecera para una revisión total, después de mirar mi carné de identidad». El director emocionó al auditorio en sus alusiones a la pasión que siente por la ópera desde muy temprano. «Vi en el acta de los premios que se me otorgaba por mi contribución a la ópera. Pero es al revés. Yo me crié con las grandes óperas del Liceu. Sigo escuchando ópera todos los días y es a la ópera a la que yo quiero dar las gracias. Cuando de joven era hippie y mis amigos se iban a Ibiza a entrar en el nirvana, yo me quedaba en casa y me ponía un aria de Montserrat Caballé y entraba en el mismo nirvana. La de Montserrat es la voz que más he escuchado en mi vida después de la mía».

 

Pasqual adelantó en Málaga que tiene dos proyectos de ópera en marcha para el año que viene: «Un magnífico Verdi y otro aquí en esta ciudad, con un compositor malagueño».

 

 

En la gala, que pudo verse en directo en la web de la asociación www.operaxxi.com, a través de las plataformas MyOperaPlayer y Arte.tv, y en los sitios web de las 25 instituciones que forman parte de Ópera XXI, hubo un emocionante recuerdo para el gestor cultural Miguel Muñiz, uno de los fundadores de la asociación Ópera XXI, fallecido el pasado enero.

 

Según se anunció en la ceremonia, la quinta edición de los Premios Ópera XXI se celebrarán en 2023 en el Teatre Principal de Palma de Mallorca.