«Salomé» (R. Strauss) vuelve al Municipal de Santiago para cerrar la Temporada de Ópera 2025

«Salomé» (R. Strauss) vuelve al Municipal de Santiago para cerrar la Temporada de Ópera 2025

Basada en el polémico drama de Oscar Wilde, Salomé regresa al Municipal de la mano de un flamante equipo artìstico chileno: la dirección escénica de Christine Hucke y la dirección musical de Paolo Bortolameolli. En el exigente rol principal se alternarán Malgorzata Pawlowska y Vanessa Goikoetxea; mientras que Liam James Karai interpretará a Jochanaan y Michael Gniffke a Herodes Antipas.

 

El deseo, la transgresión y una impactante tragedia bíblica se desatarán en el escenario del Teatro Municipal de Santiago para el cierre de su temporada de ópera. Entre el 21 y 29 de noviembre, y tras más de 20 años de ausencia de este escenario, regresa la electrizante Salomé de Richard Strauss.

 

Foto: Alberto Díaz

 

Basada en el polémico drama de Oscar Wilde —obra que exploró la sexualidad prohibida y le costó la censura a su autor—, Salomé es un título que desde su estreno conmocionó al público por su mezcla de erotismo, fervor religioso y violencia. Esta nueva producción contará con un destacado equipo artístico y promete una experiencia de gran exigencia vocal y actoral.

 

Foto: Alberto Díaz

 

Bajo la dirección musical de Paolo Bortolameolli frente a la Orquesta Filarmónica de Santiago, y la dirección escénica de Christine Hucke, el rol protagónico será alternado por la polaca Malgorzata Pawlowska y la vasca Vanessa Goikoetxea. Ambas sopranos se enfrentan a un papel de renombrada dificultad, que exige no solo un gran virtuosismo vocal y capacidad dramática, sino también una excepcional resistencia física, talento que el público podrá apreciar en la icónica «Danza de los siete velos».

 

Salomé es una obra capital del repertorio no solo operático, sino que sinfónico universal. Straus logra abrir las puertas a una sonoridad musical, marcada por una perspectiva psicológica siempre al borde del colapso tonal. Así, tiene momentos extraordinariamente líricos, pero que están siempre en conflicto con una violencia tonal y un verdadero terror sonoro que la convierten en una obra maestra”, explica Paolo Bortolameolli.

 

Foto: Alberto Díaz

 

La escenografía y el vestuario están a cargo de la diseñadora alemana-chilena Rebekka Dornhege Reyes mientras que Ricardo Castro hará la propuesta de iluminación. El resto del elenco, en tanto, lo conforman Liam James Karai (Jochanaan), Michael Gniffk (Herodes Antipas), Christel Loetzsch (Herodías), Gonzalo Ǫuinchahual (Narraboth) y Monique Galvão (Paje de Herodías). Mientras que Pedro Espinoza, Nicolás Noguchi, Gonzalo Araya, David Rojas y Pedro Alarcón actúan como los Judíos; Francisco Salgado y Cristóbal Álvarez encarnan a los Nazarenos; y Javier Weibel y Sergio Gallardo interpretan el papel de los Soldados.

 

Salomé es una obra fundamental dentro del repertorio, al marcar una ruptura con el romanticismo y abrir las puertas a la modernidad musical y escénica. Strauss lleva al límite la orquesta, la voz y la dramaturgia, explorando la psicología de los personajes con una intensidad impactante”, añade Christine Hucke, quien debutará en la dirección escénica del título. “La intensidad musical y teatral de esta obra nos desafió a construir un lenguaje escénico igual de radical y contemporáneo, capaz de resonar con el público de hoy”, agrega la directora.

 

Foto: Alberto Díaz

 

Una ópera que rompió todos los límites

 

Desde su estreno en el teatro de la Ópera Semper de Dresde en 1905, Salomé no dejó a nadie indiferente, dividiendo al público entre la admiración y la repulsión. Strauss tomó la tórrida historia bíblica y, en lugar de suavizarla, la dotó de una música revolucionaria, cargada de erotismo, alucinaciones y una violencia explícita que le significó la censura en varias ciudades del mundo.

 

El título, que en un inicio generó rechazo, con los años se consolidó como un referente de los primeros pasos del expresionismo alemán. Su propuesta artística, además, marcó un hito en entender las posibilidades que tenía el arte para expresar lo terrible y no solo lo bello.