La Fundación Teatro Nacional Sucre anuncia la programación de «Orfeo en los infiernos» (J. Offenbach)
Con el fin de celebrar el Día Mundial de la Ópera, este 25 de octubre, fecha del nacimiento de los compositores Georges Bizet y Johann Strauss II, la Fundación Teatro Nacional Sucre publica detalles del montaje de Orfeo en los infiernos, de Jacques Offenbach, que tendrá una temporada corta en el Teatro Nacional Sucre, del jueves 20 al domingo 23 de noviembre de 2025.
Estrenar la Ópera Orfeo en los Infiernos de Jacques Offenbach constituye una oportunidad para la Fundación Teatro Nacional Sucre para acercar al público a un género que, si bien parte de la tradición lírica, se sitúa en un territorio híbrido donde la crítica social, la sátira y el humor musical se vuelven protagonistas. Offenbach, considerado el padre de la opereta francesa, desmitifica con maestría el mito de Orfeo y Eurídice, alejándolo del dramatismo trágico habitual de las óperas de actitud seria frente a la temática de las relaciones amorosas y del poder para ofrecer una versión vibrante e irreverente.
La música chispeante y llena de alegría de Jacques Offenbach está siempre presente en sus aproximadamente 100 obras para la escena. Para su crítica mordaz a la sociedad parisina del segundo imperio, la época más conocida de su producción, utiliza más que nada fábulas mitológicas con el fin de decirle al público que, sobre el escenario, están ellos mismos siendo representados.
La ópera tendrá dirección escénica de Javier Andrade Córdova y musical de Luis Alberto Castro. Participan el Coro Mixto Ciudad de Quito y ensamble del Coro Juvenil, la Escuela Lírica, un ensamble de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito más un ensamble de cuerdas y el Cuerpo de baile. Será programada desde el jueves 20 hasta el domingo 23 de noviembre.
“La opinión pública contemporánea ya no es esa instancia moralizadora de esta ópera de mediados del XIX, es hoy una instancia de escándalo: está en las redes, es amarillista. Como personaje, es veleidosa, chantajista, comprable, volátil. En nuestra versión, este personaje juega ese papel central. Así, en un teatro en penumbras, con pantallas, proyecciones y juegos de luces, se despierta esta historia con una cazadora de escándalos, que busca las historias que puedan generar el mayor impacto mediático. Le acompañan unos influencers, sus sabuesos, interpretados acrobáticamente por un grupo de bailarines. De esta manera empieza nuestra puesta en escena que se burla con sarcasmo de los líos matrimoniales y, especialmente, de las intrigas de los clases poderosas de la sociedad”, señala Javier Andrade Córdova. director de teatro, ópera y video.
La fábula de Orfeo es una de las más conocidas, un músico que al perder a su mujer trágicamente, desciende al inframundo y con su canto conmueve a Plutón, soberano de los infiernos, para lograr que le devuelvan a Eurídice. Orfeo deberá entonces conducirla a la tierra con la condición de no regresar a mirarla; pero, arrastrado por el temor a perderla, se vuelve a verla y la pierde definitivamente.
Esta es la base de la opereta de Jacques Offenbach, pero el tratamiento de los personajes demuestra una visión cargada de parodia e ironía ¿Qué ocurre si los protagonistas son una pareja de casados que no se soportan más y viven en permanentes pleitos? ¿Qué pasa si la desaparición de Eurídice es voluntaria y si Orfeo deseaba en secreto su muerte? ¿Qué ocurre si el Olimpo solo aparenta ser un mundo de nobleza y dignidad? Los problemas maritales de una pareja dispareja y los vericuetos de la política de las altas esferas son traídos a la contemporaneidad y se representan de una forma cercana al público, en su propio idioma, con una música de fácil comprensión y retención, llena de alegría, comicidad y chispa.
Se trata, por tanto, de una gran ópera cómico-satírica que lanza una mirada aguda sobre las relaciones interpersonales en la institución del matrimonio y sobre los manejos políticos de las clases más poderosas de la sociedad, personificadas por los dioses del Olimpo. La obra pone al descubierto de manera sarcástica, y en ocasiones grotesca, las apariencias que la sociedad burguesa intenta mantener para mostrar una imagen de dignidad, a pesar de que sus integrantes son los primeros que rompen las reglas. Así, los esposos, Orfeo y Eurídice, se engañan mutuamente, mientras que el Olimpo parece reflejar de forma magnificada todo aquello que se ve en el mundo terrenal: abuso del poder, envidias, traiciones y rivalidades entre los dioses. Mientras tanto, el infierno, por su parte, es en cambio un. mundo alejado de las apariencias y muestra la cruda realidad. Allí ya no hay razón para aparentar y las cosas son como son. Todo esto, naturalmente, relatado desde una perspectiva de ironía y gracia.
Una ópera como esta requiere de un exigente proceso creativo. Una orquesta sinfónica, un coro mixto, solistas y un grupo de danza. Dura aproximadamente dos horas y quince minutos y se ejecuta en dos partes con un intermedio de media hora. La obra transita por cuatro ámbitos escénicos, el mundo de la opinión pública, un personaje alegórico que se encarga de recordarnos que estamos siempre sometidos al escrutinio de la sociedad; el ámbito doméstico de la vida cotidiana de Orfeo y Eurídice; el Olimpo de los dioses; y los infiernos, el dominio de Plutón. Estos espacios de la acción requieren de escenografías diferenciadas.
Desde el punto de vista de los vestuarios y la caracterización de los personajes, esta ópera tendrá un diseño de indumentaria escénica que mezcla campos realistas y fantásticos. Esta característica permite una aproximación ecléctica que atraviesa las épocas y se fundamenta en imágenes de vestuario y maquillaje que resultan icónicas en el siglo XX, la elegancia y sofisticación de los años veinte frente el conservadurismo del mundo matrimonial de los cincuenta, en la caracterización de Orfeo y Eurídice; la elegancia informal de las generación millennial, que asciende actualmente a los estratos de poder, y que aparece en el Olimpo, como representación de nuestras clases más poderosas; y el posmodernismo urbano y hip hop con el que se viste a los habitantes del averno. En conjunto, la puesta en escena busca así parecerse a una gran tira cómica, vitalizada por la música, la acción teatral y la danza.






