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Con una propuesta contemporánea, la ópera El amor distante estrena en el INBA de México

La Compañía Nacional de Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes presenta la ópera de la compositora finlandesa Kaija Saariaho, con libreto de Amin Maalouf. El segundo título de su temporada se presentará hasta este 7 de abril en el Palacio de Bellas Artes de México

 

 

El canto melódico es sin duda el protagonista de la ópera El amor distante de Kaija Saariaho, con libreto de Amin Maalouf, cuyo estreno en América Latina fue en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes el pasado 31 de marzo.
La Compañía Nacional de Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura contará con la presencia del barítono finlandés Jaakko Kortekangas, en el papel del príncipe Jaufré Rudel; la soprano de origen polaco Agnieszka Slawinska, como la condesa Clémence, y la mezzosoprano mexicana Carla López-Speziale quien interpretará al peregrino.

En opinión del crítico y promotor musical Gerardo Kleinburg, El amor distante “es muy probablemente la ópera con mayor repercusión internacional en muchas décadas.

“Es interesante tratar de entender por qué se ha convertido en un fenómeno. Me parece que esta obra nos muestra que la composición musical vinculada con la ópera ha hecho un esfuerzo por recuperar un principio que en el momento más agudo de las modernidades de fines del siglo XX se había perdido: vuelve a darle una importancia significativa al canto, al canto melódico, al canto en algún sentido como lo hemos entendido.

En cuanto a la autora de El amor distante, refiere que es una compositora finlandesa de enorme importancia. “Más allá de tener una obra vasta, se ha dedicado mucho al teatro musical, a la ópera, al canto, a la canción. Es una mujer preocupada por la música como vehículo expresivo de las palabras, por las palabras como vehículo expresivo de la música y por la voz humana como un puente fantástico entre ambos apartados”.

La historia de amor que viven los protagonistas bien podría situarse en la época actual, donde tantas parejas llegan a enamorarse a distancia sin conocerse. Sin embargo, el argumento se basa en una leyenda del siglo XII.

La Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la batuta de José Areán como director huésped, recrea en forma magistral la partitura de la compositora, en la que al trabajo de los instrumentistas se suma la parte electrónica, dando como resultado una experiencia sonora única. Participa también el Coro del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección de Cara Tasher y Luis Manuel Sánchez Rivas.

Es un amor muy complicado, señala Agnieszka Slawinska, ya que los personajes no saben lo que descubrirán en el otro, ni lo que sucederá. “Simplemente esperan el amor. Es un despertar de sentimientos entre dos seres humanos”.

El escenario en el que a veces predomina únicamente el azul del mar o el amarillo de la tierra se ve enriquecido tanto por la presencia de los tres protagonistas, como por la música envolvente que resuena en la sala.

El vestuario juega con tonalidades cambiantes y sutiles, en el campo de los personajes. El príncipe y la condesa aparecen primero vestidos de negro y conforme los mensajes del peregrino siembran en ellos la semilla del amor, sus prendas adquieren un color claro que cambian conforme a sus expresiones, primero adustas hasta llegar a la sonrisa.

La iluminación y los movimientos escenográficos brindan un espectáculo diferente a lo acostumbrado en la ópera tradicional. Hay momentos en los que parece que el público se encuentra frente a una obra plástica viva. Innovadora es cómo puede calificarse esta puesta en escena que seguramente cautivará al público amante de la ópera.