El Liceu estrena en España «Akhnaten», de Philip Glass

El Gran Teatre del Liceu estrena en España Akhnaten, la ópera hipnótica de Philip Glass inspirada en el faraón Akenatón. Esta producción de Phelim McDermott llega tras su éxito en Londres, Los Ángeles y Nueva York. El contratenor Anthony Roth Costanzo y la mezzosoprano Rihab Chaieb debutan en el Liceu bajo la dirección musical de Karen Kamensek. Akhnaten combina simbolismo, belleza visual y música minimalista para recrear la revolución religiosa que cambió la historia de Egipto.
Akhnaten, el cierre de la trilogía de óperas minimalistas compuesta por Philip Glass, llega al Liceu por primera vez en España con una majestuosa producción firmada por Phelim McDermott y bajo la dirección musical de Karen Kamensek. Se trata de uno de los estrenos más destacados en el territorio nacional de las últimas décadas. Akhnaten se representará en el Liceu en un total de siete funciones, del 19 de octubre al 3 de noviembre, con una sesión exclusiva para el público Under35 el día 16 de octubre.
Entre los años 1976 y 1980, Philip Glass estrenó dos piezas de teatro musical —Einstein on the Beach y Satyagraha— que expandieron los límites conocidos de la ópera. Estas propuestas conquistaron a un público ávido de novedad y abrieron a Glass las puertas para la creación de otra ópera, Akhnaten, con la que cerró una trilogía sobre figuras históricas revolucionarias.
Akhnaten se centra en una de las figuras más influyentes de la historia de la humanidad: Akenatón, faraón del siglo XIV a. C. que rompió con el politeísmo tradicional egipcio e impulsó una reforma religiosa monoteísta. El multipremiado contratenor Anthony Roth Costanzo encarnará el complejo papel principal, junto a Rihab Chaieb como Nefertiti. El bajo Zachary James, ganador del Grammy en 2022, descrito como un “auténtico animal escénico” y cantante habitual de los escenarios de Broadway y del West End, debuta en el Liceu en el papel de Escriba.
Akhnaten: El cierre épico de una trilogía visionaria que reinventó la ópera en el siglo XX
Aunque el extenso catálogo de Philip Glass (Baltimore, 1937) incluye más de una veintena de obras que pueden considerarse óperas, el compositor afincado en Nueva York siempre ha querido mantener cierta distancia con el género. La primera vez que Glass se adentró en el territorio del teatro musical lo hizo desde la orilla de la vanguardia más rompedora, defendiendo una postura abiertamente antitradicional. El origen de Akhnaten se sitúa a principios de los setenta. Glass era entonces un compositor emergente dentro del circuito del downtown de Nueva York, entre cuyos miembros se encontraban el compositor Steve Reich —con quien acabaría enemistado— y el dramaturgo Robert Wilson.
Con Bob Wilson, Glass compuso Einstein on the Beach, presentada en el Liceu en la temporada 1992/1993. Tras el estreno y el éxito de la obra en Aviñón y Nueva York en 1976, Glass pasó de ser un compositor amateur a convertirse en la nueva sensación de la vanguardia popular. En 1980 estrenó Satyagraha —sobre la vida de Mohandas Gandhi—, y en 1981 la Ópera de Stuttgart le pidió expresamente una obra que acabaría siendo Akhnaten, concebida por Glass como el cierre de una trilogía sobre grandes personalidades de la historia: si Einstein representaba la ciencia y Gandhi encarnaba la política, el faraón Akenatón le permitía hablar de religión. Tres óperas sobre personajes que cambiaron el mundo.
De las tres primeras óperas de Glass, Akhnaten es la que posee un lenguaje operístico más cercano a las convenciones, sin dejar de ser una experiencia todavía próxima al teatro de vanguardia y no a la ópera tradicional. Hay partes declamadas y cantadas en inglés, como el aria del protagonista en el segundo acto —hasta entonces, en la música escénica de Glass casi no había texto, o el texto se expresaba de manera abstracta, como en Einstein on the Beach, o en una lengua muerta, como en Satyagraha—, así como un dúo de amor y un trío, además de una imponente presencia del coro. Y, lo más importante, Akhnaten tiene argumento. Así, la ópera sigue la vida del faraón dividida en varios actos, que comienzan con el funeral de su padre, Amenhotep III, y continúan con su coronación, para proseguir con la revolución religiosa que impulsó: el abandono del panteón de dioses egipcios para rendir culto al dios único Aton —Aten en el texto operístico—, que representa el disco solar.
A partir de ahí, la ópera muestra la construcción de la ciudad de Aton, la vida de Akhenaten en la nueva capital, la rebelión de los sacerdotes y la eliminación completa de su historia, con un salto en el tiempo que llega hasta el siglo XX y que permite tomar distancia de la historia y admirar la potencia del mensaje transgresor del faraón, que sigue resonando hoy día, 3.500 años después.
Una producción colosal de Phelim McDermott
El director escénico Phelim McDermott no propone una representación realista del antiguo Egipto, sino la proyección de las fantasías colectivas sobre el tiempo mítico de los faraones. La producción, cargada de simbolismo, ornamentos y referencias al arte egipcio, es de alcance monumental, con una arquitectura exuberante y una acción escénica vibrante.
La obra se estructura en una serie de escenas sobre momentos conocidos de la vida del faraón y su corte, con una presencia importante de la reina Nefertiti, de la familia y de su círculo político más cercano. Akhnaten no pretende ser una ópera documental, sino una inmersión en el misterio de un personaje que intentó llevar a cabo una revolución del pensamiento avanzada a su tiempo, en la que se mezclan realidad y leyenda.
Cuando McDermott recibió el encargo de revivir la tercera ópera de Glass para la English National Opera y estrenarla en 2016, optó por transmitir una visión mítica e idealizada del antiguo Egipto. A partir de diversas estrategias escénicas, como un vestuario lujoso, una caracterización detallada de los personajes, una disposición escénica en niveles superpuestos y recursos técnicos como el mapeo en 3D de imágenes en el fondo del escenario, Akhnaten constituye una exuberante fantasía llena de simbolismo e imágenes que evocan la época de los faraones.
Algunos espacios escénicos están creados a partir de diseños arquitectónicos tomados de excavaciones conservadas, y sobre el telón o el fondo del escenario se proyectan jeroglíficos y figuras extraídas de relieves hallados en templos y tumbas. Al mismo tiempo, McDermott propone un tipo de vestuario, maquillaje y joyería cercano a lo que se considera propio de la época. Además, para suplir la acción limitada de la ópera, también llena el escenario con recursos como telas, fondos luminosos, coreografías y la presencia de un conjunto de figurantes especializados en juegos de malabares. Este es el aspecto más impactante de la producción: los malabares acompañan durante toda la obra el desarrollo frenético de la música minimalista de Glass.
Universo minimalista y el aria Hymn to the Sun en catalán
Akhnaten (1984) culmina la trilogía con la que Philip Glass transformó la ópera de vanguardia. Aunque el autor nunca se ha sentido cómodo con el término ópera, con Akhnaten (continuación de Einstein on the Beach y Satyagraha) da un paso decidido hacia la conciliación entre tradición y experimentación. Este acercamiento al faraón Akhenaten mantiene el estilo repetitivo e hipnótico de Glass, pero incorpora una narrativa más estructurada y un lenguaje musical cercano a las convenciones del género.
La ópera se abre con un preludio que introduce la atmósfera característica de Glass. La primera escena, ambientada en el funeral del faraón Amenhotep III, combina la fuerza del coro y la intensidad orquestal con una percusión contundente. Glass recrea, a partir de estudios musicológicos, una posible sonoridad ritual del antiguo Egipto, reinterpretada dentro de su universo minimalista.
En el segundo acto, el dúo Akhnaten and Nefertiti muestra al faraón y su esposa iniciando una nueva etapa del reinado. Es uno de los pasajes vocales más exigentes de la ópera: el contratenor y la mezzosoprano enfrentan una tesitura muy alta mientras la orquesta crece progresivamente hasta un clímax de intensa fuerza expresiva.
Uno de los momentos más emblemáticos de Akhnaten es el aria Hymn to the Sun, basada en un texto antiguo que, por indicación de Glass, siempre se interpreta en la lengua del país donde se representa. En el Liceu, este himno se escuchará en catalán —una adaptación creada especialmente para ajustarse a la música de Glass—, algo insólito si se considera que el texto original está en egipcio antiguo. En este pasaje, Akhenaton dirige una oración al sol tras consagrar la Ciudad del Horizonte al dios Aton. El fragmento, inspirado en una inscripción encontrada en las ruinas de Al-Amārna, se atribuye a menudo al propio faraón y constituye el gran momento del protagonista: una extensa aria para contratenor iluminada por un acompañamiento orquestal radiante.
Un reparto especializado debido a la extrema dificultad de Akhnaten
Akhnaten es una ópera que exige cantantes especialistas: se requiere dominar textos en egipcio antiguo y afrontar largas sesiones de ensayo. Gran parte del equipo artístico que presentará la tercera ópera importante de Philip Glass en Barcelona proviene del revival de 2016 dirigido por Phelim McDermott para la English National Opera. Desde entonces, la producción ha pasado por ciudades como Los Ángeles y Nueva York, lo que garantiza que el elenco llegue a Barcelona con la obra perfectamente interiorizada.
La dirección musical estará a cargo de la maestra estadounidense Karen Kamensek, experta en el repertorio de Glass y con una trayectoria que abarca desde la ópera del siglo XVII hasta composiciones contemporáneas. El contratenor estadounidense Anthony Roth Costanzo encarna al faraón Akhenaton desde 2016, y la mezzosoprano tunecinocanadiense Rihab Chaieb interpreta a Nefertiti, con una compenetración impecable con Roth Costanzo.
Otros papeles relevantes son el del escriba, a cargo del bajo-barítono Zachary James, y la reina Tye, interpretada por la soprano Katerina Estrada Tretyakova. Los papeles menores contarán con cantantes locales: Joan Martín-Royo y Toni Marsol como Horemheb y Aye, José Manuel Montero como gran sacerdote de Amón, y las seis hijas de Akhenaton y Nefertiti serán interpretadas por Alba Valdivieso, Carmen Buendía, Mar Esteve, Carol García, Marina Pinchuk y Anna Tobella.