«Oposicantos»: Nueva ópera en el Theatro São Pedro, plantea la duda como principio fundamental de la inteligencia humana

Oposicantos es una acción musical multimedia que desafía las definiciones de género con elementos operísticos y de canción, bajo la dirección escénica de Alexandre Dal Farra y dirección musical de Eduardo Leandro. Escrita por Flo Menezes, la obra forma parte de la temporada lírica del Theatro São Pedro, con funciones los días 3, 4, 5 y 6 de julio.
El Theatro São Pedro, espacio cultural vinculado a la Secretaría de Cultura, Economía e Industrias Creativas del Estado de São Paulo y gestionado por Santa Marcelina Cultura, presentará los días 3, 4, 5 y 6 de julio Oposicantos, del compositor brasileño Flo Menezes, con dirección musical de Eduardo Leandro y dirección escénica de Alexandre Dal Farra.
Aunque forma parte de la temporada lírica del teatro, la obra no corresponde a una ópera tradicional, sino a una acción musical multimedia en un acto, compuesta por 13 «situaciones» para voces solistas, coro, dos pianos, una extensa percusión, orquesta y electrónica. Según Menezes, las “situaciones” son segmentos formales de diversas obras estructuradas en torno a una acción escénica.
“La ópera parafrasea el Lied (canción) como género, y su núcleo semántico se basa en la oposición binaria entre nociones, ideas y actitudes propuestas por la trama poética, en múltiples estratificaciones y reverberaciones. Oposicantos es una oda a la dialéctica. Alfa y omega se enfrentan y, al mismo tiempo, coexisten dentro de un mismo contexto, de forma permanente”, explica el profesor del Instituto de Artes de la UNESP, fundador y director del Studio PANaroma de Música Electroacústica.
En Oposicantos no existe libreto lineal. Los textos, en ocho idiomas —alemán, español, chino, francés, inglés, italiano, latín y portugués— provienen de distintas épocas y se presentan parcialmente de manera simultánea, haciendo que formulaciones poéticas contrastantes cohabiten el mismo espacio-tiempo: una oposición de cantos (también en el sentido de los Cantos de Dante Alighieri o Ezra Pound), pero también una oposición de rincones del espacio.
“Con excepción de las esferas ética y política —donde ciertas posturas y actitudes pueden revelarse como irreconciliables—, casi todo lo que se observa desde un ángulo puede adquirir sentido si se mira desde el ángulo opuesto. Se trata aquí de enunciar la duda como principio fundamental de la inteligencia humana”, destaca Menezes.
Si en Ritos de Perpassagem —ópera de Menezes presentada en el Theatro São Pedro en 2019— la base era el pitagorismo, en Oposicantos el sostén semántico es el estoicismo: transcreaciones (textos reformulados poéticamente por el compositor) de fragmentos de Crisipo de Solos, principal representante del estoicismo y único “personaje” de la ópera, emergen entre una profusión de textos que, a veces, se contradicen, otras simplemente divergen, revelando visiones distintas sobre una misma realidad.
Desafíos escénicos y musicales
Para el director escénico Alexandre Dal Farra, Oposicantos es, ante todo, una obra de música especulativa, en el sentido de que busca otras posibilidades sonoras y perspectivas musicales diferentes a las que estamos acostumbrados a escuchar tradicionalmente.
“Se trata, por tanto, de un espectáculo disruptivo desde su base misma, desde su estructura, que rechaza los caminos tradicionales de la música a los que estamos habituados, siempre basados en una narrativa sensorial predecible, en un trayecto repetido cuyo desenlace conocemos incluso antes de comenzar. Como propuesta radical de especulación musical y exploración de nuevas sensibilidades, la obra posee una complejidad extrema, no solo por la música en sí, sino también por la densidad de sus referencias textuales”, afirma Dal Farra, destacando la importancia de la concepción visual de Raimo Benedetti, que acompaña al público visualmente en este viaje de complejidades.
“Aunque haya muchas superposiciones y múltiples referencias, no se trata de caos. Hay un principio que ordena la obra en su totalidad, y que parece transmutarse en diversas formas: el principio de la oposición, como sugiere el título. El concepto central, según entiendo, es que las oposiciones no se excluyen, no existen en una relación de disputa o de combate (como en el universo dramático), que implica conflicto y desenlace con un vencedor. Aquí, la oposición no se resuelve, ni siquiera alcanza a convertirse en conflicto. Lo que existe es tensión, o mejor dicho, tensiones”, comenta.
Desde la perspectiva del director musical Eduardo Leandro, quien estará al frente de la Orquesta del Theatro São Pedro, Oposicantos es una obra que desafía las definiciones de género, ya que emplea elementos operísticos, pero también de canción o Lieder; cuestiona las nociones de instrumentación (orquesta, música de cámara, solo), el papel de la voz (poesía, narración), el espacio virtual (capas, péndulos imaginarios) y el real (disposición de cantantes e instrumentistas alrededor del público), además del uso de sonidos desencarnados (electrónicos) y de un piano físico sin pianista.
“Utiliza instrumentos casi simbólicos, como el tam-tam de Stockhausen (un gran gong en el centro del escenario), los sixxens (instrumentos de percusión metálicos creados por Iannis Xenakis). En un momento, el público también se convierte en parte del ensamble musical, y los músicos, a menudo ubicados entre la audiencia, se transforman en espectadores. A veces el compositor actúa como intérprete, manipulando dispositivos electrónicos, y el director se convierte en compositor-participante al coordinar secciones orquestales en las que los músicos responden a gestos no predeterminados, generando un discurso sonoro exploratorio y libre”, explica Leandro.
“Lo inspirador del proyecto del Theatro São Pedro es que este equipo creativo, tras haber realizado tantos proyectos con compositores vivos y activos, cuenta con la experiencia necesaria para enfrentar un desafío como Oposicantos. Podríamos decir que es una orquesta fluida en el lenguaje de la ópera contemporánea, algo inexistente en Brasil hasta hace pocos años. Que exista una compañía en el país con el coraje de montar obras inéditas que exigen recursos humanos y materiales de esta magnitud es realmente alentador”.