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Con reflexivo «Réquiem alemán» de Brahms, el Municipal de Santiago ofrece concierto junto a jóvenes solistas en ascenso

Imagen de Pedro Pablo Prudencio, conductor del Réquiem alemán de Brahms en el Municipal de Santiago

La Orquesta Filarmónica de Santiago, bajo la batuta de su director residente, Pedro-Pablo Prudencio, abordará un programa que reflexiona sobre la vida y la muerte, a través de dos emotivas obras: Un réquiem alemán, op. 45, de Johannes Brahms; y el Cantus en memoria de Benjamin Britten, de Arvo Pärt. Junto a la Orquesta Filarmónica de Santiago estará el Coro del Municipal de Santiago, dirigido por Jorge Klastornick. Asimismo, la obra de Brahms contará con la voz de la soprano Vanessa Rojas y el barítono Ramiro Maturana, en calidad de solistas.

 

La temporada de conciertos del Teatro Municipal de Santiago continúa este sábado 4 de junio con un programa de carácter coral que invita a mirar con esperanza el paso de la vida hacia la muerte. Después de más de diez años, volverá a escucharse el extenso y monumental Un réquiem alemán, op. 45, de Johannes Brahms. Asimismo, el público podrá disfrutar del Cantus en memoria de Benjamin Britten, de Arvo Pärt, uno de los principales exponentes de la escena musical contemporánea.

 

Ambas obras serán interpretadas por la Orquesta Filarmónica de Santiago, con la conducción de su director residente, Pedro-Pablo Prudencio; y el Coro del Municipal de Santiago, bajo la dirección del maestro Jorge Klastornick. En la primera además se sumarán como solistas dos jóvenes voces chilenas en ascenso: la soprano Vanessa Rojas, integrante del opera estudio FIA-YAP —realizado por la Fundación Ibáñez Atkinson y el Teatro Municipal de Santiago— y semifinalista del Paris Opera Competition 2022; y el barítono Ramiro Maturana, quien actualmente forma parte de la Academia del Teatro alla Scala de Milán, donde ha encarnado diversos roles y próximamente presentará Rigoletto.

 

“Si bien Brahms no era muy religioso, sí tenía un alto grado de espiritualidad. Y en esta obra pide por la bienaventuranza de los vivos, al contrario de un réquiem tradicional, donde se hace por el descanso eterno de los muertos”, dice Pedro-Pablo Prudencio, director residente de la Orquesta Filarmónica de Santiago. “En la interpretación, el mayor desafío está en lograr que la orquesta sea una voz más dentro del gran trabajo coral, con momentos furiosos e íntimos que conmueven e invitan a la meditación. Es una pieza que llega directamente al corazón”.

 

Dos obras que recuerdan a los que no están

 

Inspirado por la muerte de su madre y posteriormente de su amigo y protector, Robert Schumann, J. Brahms (1833-1897) escribe Un Réquiem alemán desde la mirada agnóstica, romántica e introspectiva propia del compositor, reflejando la posibilidad de trascender más allá del dolor causado por la pérdida. Después de su estreno en Viena en 1867, fue modificada en sucesivas ocasiones hasta alcanzar a tener siete movimientos, que finalmente conforman una pieza meditativa e íntima.

 

Por su parte, Cantus en memoria de Benjamin Britten es una de las obras de A. Pärt (1935) en las que la contemplación sonora logra comunicar más íntimamente una reflexión espiritual. Compuesta en 1977 para orquesta de cuerdas y campana tubular, Pärt expone por medio de ella que la vida ocurre en el continuo entre el nacimiento y la muerte; y que es precisamente en los “puntos de silencio” que podemos encontrar la unidad que todos compartimos.

 

Fechas

 

  • Sábado, 4 de junio- 17:00 horas
  • Miércoles, 8 de junio- 19:00 horas
  • Jueves, 9 de junio- 19:00 horas
  • Sábado, 11 de junio- 17:00 horas

 

Entradas en www.municipal.cl.